Inversiones de impacto: Invertir, Ayudar y… ¿Ganar?

En México operan fondos que apoyan proyectos que apoyan causas sociales y son rentables. Hay casos exitosos como los de Toks, Danone y Bimbo.

Siempre se ha pensado que el tema del impacto social está disociado del mundo empresarial, algo así como polos opuestos. Sin embargo, en los últimos años la sociedad empresarial ha logrado construir el puente que te ayuda a pasar de ser “buena gente y compartir utilidades” a generar un modelo empresarial con capacidad para servir y crear un modelo de negocios que beneficie a la comunidad. Así, se crea el trinomio: inversión, impacto y sociedad.

Armando Laborde, Director de Ashoka México y Centroamérica, asegura que este innovador modelo de negocios demuestra que el propósito individual y colectivo es resolver una problemática a través del mundo empresarial.  También, que es muy común que este tipo de Inversión de haga en dos fases. La primera es considerada como filantropía pura; la segunda se da cuando esta ya es vista como un negocio que impacte.

Así, las empresas nacionales y extranjeras comienzan a experimentar un modelo híbrido en el que las utilidades impacten directamente a la sociedad.

Pero…¿cómo se define la Inversión de Impacto?

Según un glosario de términos elaborado por Ashoka, Promotora Social México, Aspen Network of Development Entrepreneurs (ANDE) y Factual, la inversión de Impacto es la colocación de capital en compañías, organizaciones o fondos que buscan intencionalmente crear beneficios tanto financieros como sociales o ambientales, los cuales son medidos activamente.

Para Laborde, este tipo de negocios deben ir siempre con la consigna primera de resolver una problemática social. Desde su perspectiva, los temas que más interés están despertando en este tipo de inversionistas son la educación, la salud, alimentación y vivienda.

Contexto

México es un país fértil para este tipo de inversiones. ¿La razón? Hay muchos temas sociales que resolver, entre ellos el pobre nivel educativo de las comunidades marginadas,  la pobreza extrema que deriva en mala alimentación y la salud.

Pero Laborde es claro: hay pocos apoyos y aún hace falta que los proyectos que buscan aprovecharlos sean más sólidos.  Ha generado tanta expectativa este tipo de inversión, que empresas como Toks, (que tiene como proveedores a comunidades de bajos recursos productoras de alimentos), Danone (que posee un fondo para abastecerse de PET reciclado), Wal-MartBimboNestlé y hasta Starbucks, han logrado entrar en este esquema. Incluso, hoy el Monte de Piedad está creando un fondo de Inversión de Impacto.

No se trata de crear por crear

Hasta hace algunos años, el emprendimiento era casi como una moda. Para Ashoka esta es una idea que no hace ningún sentido. “Necesitamos empresas que resuelvan y atiendan de fondo las necesidades de la sociedad”, afirma Laborde.

A pesar del incipiente éxito y la aceptación de este modelo de inversión aún faltan apoyos iniciales para comenzar con estos proyectos. Lo que sí asegura Laborde es que en los inversionistas sociales existe un alto grado de innovación y madurez.

Algunas muestras…

En México, uno de los resultados más tangibles de la Inversión de Impacto son las Clínicas de Azúcar, empresa que dirige Javier Lozano y se centra en la atención al paciente diabético que no puede pagarse un tratamiento privado y que el público le resulta insuficiente.

Lo que se busca con la creación de empresas que impacten la base de la pirámide es empoderar y generar relaciones de largo plazo. También, como fin, pero no principal, generar utilidades. “La utilidad es una consecuencia del servicio a la comunidad”, dice Laborde.

Al entender este concepto, lograremos crear negocios que sean sustentables y empresas ya establecidas que logren difuminar riquezas y ganancias.

Actualmente, Ashoka México está apoyando proyectos novedosos que busquen resolver algún problema social pero la pregunta obligada para los emprendedores es: ¿Qué problemática busco resolver para luego buscar apoyo?

Fuente: Alto Nivel

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